Resumen:
Una reciente noticia publicada el 1 de abril en La Voz de Galicia alertaba sobre la presencia de nitratos en el agua en zonas de alta actividad ganadera. Un problema ambiental serio que afecta a acuíferos y a la salud pública. Desde el grupo operativo AGROLAB BIOGAL, trabajamos precisamente para evitar este tipo de situaciones, transformando el purín de residuo incontrolado a fertilizante inteligente.
¿Qué está pasando con los nitratos?
Según la noticia, el exceso de nitratos en el agua está directamente vinculado al uso intensivo de purines ganaderos como fertilizante. Cuando se aplican en cantidades superiores a lo que el suelo y el cultivo pueden absorber, esos nutrientes se filtran hacia las aguas subterráneas, especialmente en zonas vulnerables o con suelos poco drenantes.
El problema no es nuevo, pero sí cada vez más urgente. La directiva europea de nitratos y el “Green Deal” europeo lo tienen claro: necesitamos sistemas de gestión más precisos y sostenibles.
¿Cómo responde AGROLAB BIOGAL?
Desde nuestro grupo operativo AGROLAB BIOGAL, financiado por la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (AGACAL), estamos desarrollando un sensor NIR de bajo coste que, instalado en las cisternas de purines, permite analizar, en tiempo real, su composición en nitrógeno, fósforo y potasio; y así ajustar con precisión la dosis aplicada al suelo.
La clave está en la fertilización a la carta: aplicar solo lo que el suelo necesita y nada más. Eso no solo mejora la productividad, también protege el agua y el entorno.
Esta innovación gallega no se queda en casa. Gracias a la participación de Medrar Innovation Office, AGACAL y la Universidad de Santiago de Compostela (USC) tanto en AGROLAB BIOGAL como en el proyecto europeo NUTRITIVE, estamos conectando nuestras soluciones locales con estrategias internacionales. El conocimiento generado aquí alimenta un proyecto europeo que estudia el impacto ambiental de los purines en varios países. Y al mismo tiempo, lo que se investiga en NUTRITIVE nos ayuda a anticipar medidas futuras y a estar un paso por delante.
Noticias como la del 1 de abril nos recuerdan que no podemos seguir haciendo lo mismo esperando resultados distintos. El purín no es el enemigo, lo es su mala gestión. Con innovación, tecnología y decisión, podemos transformarlo en un aliado clave para una agricultura más sostenible y responsable.
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